En memoria

Norberto Andrés Schilling

Norberto Schilling ha sido un destacado empresario naviero fluvial, impulsor de la industria de armadores fluviales de transporte por empuje de Argentina, una persona considerada por sus altos valores de integridad, visión, energía arrolladora hacia el hacer y apasionado por su país, sus colaboradores, amigos y por su familia. Nacido en Buenos Aires, hijo de inmigrantes alemanes e italianos, en su juventud fue rugbier y nadador, luego continuó con el tenis y a la naturaleza del campo y del delta.


16 de enero de 2024

La actividad empresarial de Norberto se inicia a temprana edad, cursaba sus últimas materias de arquitectura, cuando comenzó a ser mentoreado por su suegro don Telmo Joaquín Vilas, oriundo de Goya, Corrientes, gran visionario y empresario, fundador de reconocidas empresas en su provincia, que incursionó en la Cuenca del Plata iniciando su actividad naviera en 1926 con Vilas y Cia, Fluvial y Comercial mediante la adquisición de chatas para el transporte, cubriendo necesidades insatisfecha en zonas de bajo calado.  En los años 60 ocurre un accidente tras soltarse un cabo de remolque de los cabrestantes tierra-agua que permitían a los barcos sortear los antiguos rápidos de Apipé, una de las chatas de Vilas queda sobre piedras a riesgo de hundimiento.  Norberto, con su corta experiencia, tuvo que hacerse cargo de la situación, logrando salvar la nave junto al equipo.  Este momento extremo fue la chispa que terminó de encender la mecha, decidió abandonar toda otra actividad, dejando inclusive su carrera universitaria, algo que su madre italiana, tana de Treviso, nunca entendió, para dedicarse únicamente a su nueva pasión los barcos y la logística, pasión que lo energizó hasta sus últimos días. En 1964 Norberto ya se perfilaba como un “influencer” de la época y promisorio administrador de la empresa, ganándose el puesto de Vicepresidente Ejecutivo Vilas y Cía. Fluvial y , el mismo año, funda el Centro de Armadores del Litoral.  En esos tiempos ya habían surgido nuevas formas de transporte en los ríos de países desarrollados, siendo la gran apuesta el paso de tiro de chatas a empuje de convoyes compactos de barcazas mediante el uso de remolcadores especiales.  Don Telmo, el gran visionario, persona querida por sus pares, hombre de pocas palabras pero certero, emprendedor y cumplidor de sus compromisos, y Norberto, su mano derecha, a punto de estar listo para seguir los pasos de su mentor, deciden tomar riesgos, invertir en modernización de la flota hacia las tendencias europeas y norteamericanas, de esta forma mandan a construir, con apoyo del Estado y de organismos internacionales, los primeros remolcadores de empuje, el Orestes Vilas y el Cali Vilas, y los primeros grupos de barcazas, todo en astilleros de vanguardia argentinos como Príncipe, Menghi y Penco entre otros, los remolcadores gemelos Cali Vilas y Orestes Vilas fueron de únicos en su época y una de las principales inversiones privadas de Argentina en su tiempo.  Norberto trabajó en la nueva imagen corporativa creada por esa parte de estética de arquitecto que llevaba en sus venas, los techos de timoneras amarillos, tapas de barcazas verdes, las conocidas V superpuestas y el sello de argentina presente en las chimeneas de los motores, todos los remolcadores tenían los colores de nuestra bandera Argentina destacados y de gran tamaño en sus chimeneas, hasta sus últimos días Norberto fue un defensor de su patria y su aporte era lograr la productividad sistémica mediante su amada industria y todas las familias que trabajaban en ella.  La marca Vilas afianzó su prestigio y liderazgo, comenzaron los viajes al Mato Grosso, hierro y manganeso para las acerías de San Nicolás, soja Paraguaya, granos y aceites de los puertos Argentinos del Litoral, crecimiento y crecimiento, Vilas pasa a ser la mayor firma privada de Transporte por Empuje, con foco en el mejor cumplimiento y en la modernidad, un ejemplo fue su introducción del concepto de horarios e itinerarios fijos en la operativa de los convoyes de empuje.  Norberto funda la Cámara de Armadores Fluviales de Navegación por Empuje(CAFNE) en 1970, y el crecimiento sigue con una subsidiaria en Asunción, estación de combustible y lubricantes en Barranqueras, adquisición de más remolcadores de mayor potencia y barcazas, un taller de reparaciones navales en el Puerto de Buenos Aires, pasando de las originales 5.000 toneladas de porte bruto a 50.000, 40 barcazas, cinco remolcadores a inicios de los 80s, la mayor empresa en términos de ton/km transportados en la cuenca y con un proyecto en manos junto a empresarios holandeses para construir un puerto de aguas profundas en Escobar sobre un predio propiedad de Vilas y Cia. Para ese entonces Don Telmo ya había escindido la unidad fluvial antes de su fallecimiento y Norberto y su esposa Eva, hija de Don Telmo, se hacen acreedores del paquete accionario pagando a la familia por su parte del mismo.

En medio de este desarrollo Argentina pasa por momentos trágicos a nivel social y económico, ambiente de negocios hostil, funcionarios del Estado en Marina Mercante cambiantes a quienes instruir cual cursos master abreviados, Norberto se encuentra repetidamente con barreras, avances, oportunidades y riesgos.  Su visión y propósito fue contribuir a la sociedad logrando la optimización del sistema de transporte fluvial, sabiendo que nuestros ríos contribuirían a la competitividad de nuestras industrias, el sistema de transporte más económico seguido por el tren y el camión.  Norberto luchaba por su empresa, las familias que la componían, el sector y, en primer lugar, por su país, por esas banderas que diseñó para las chimeneas de los empujes.  Veía un punto de transferencia de cargas en zona Alfa del Río de la Plata, buques de bajo calado llegando desde río abierto a los puertos de aguas profundas del Paraná, barcazas continuando por el Paraguay hasta lo más alto del Mato Grosso, armadores fluviales compitiendo y colaborando, centros de acopio de todas las industrias a orillas del río, múltiples nodos de carga, a los que llegarían los trenes y los camiones, y ahorro en dinero en dragado, no veía positivo que el Mitre sea dragado contra la naturaleza para grandes buques que igualmente navegan su curso a media carga, centrales de transferencia de granos en la zona de mayor calado del estuario, grandes inversiones fluviales y más productividad.  Pugnaba por una industria de astilleros y servicios de mantenimiento próspera, los buques marítimos llegarían a nuestro sur y terminarían de vaciar su carga para volver a cargar de subida y cruzar el ecuador en condiciones operativas gracias a la mano de obra calificada argentina, explotar la ventaja geográfica y de técnica argentina.  Fue un empresario emprendedor idealista, no quiso parar la empresa cuando las divisas manipuladas por gobiernos hacían que ni se puedan cubrir costos variables, se endeudó, tampoco creía en el cambio de bandera, argentino a muerte, la empresa tuvo que ser vendida por una fracción de su valor a inversores que la harían crecer, mantener las fuentes de trabajo para sus familias, una angustia que le pegó hasta lo más profundo, igualmente Norberto siguió ligado a los intereses marítimos, sin faltar a las reuniones de su amado Timón Club, siendo consultado por asociaciones y empresarios sin querer cobrar por sus aportes, solo quería ver prosperidad para todos. Al mismo tiempo, continuó con otros emprendimientos en tierra firme, agropecuarios y algo de arquitectura, dedicando tiempo a sus amigos, familia, su amadísima mujer, sus dos hijas ya ligadas a la arquitectura, su otra pasión, y a bienes raíces y su hijo mayor con estudios en management, enfocado en la vida corporativa internacional, también amante a la distancia de la industria de transporte por empuje presente en sus genes.  Norberto Schilling deja así su aporte a país y a su amada industria naviera fluvial.