Regulaciones más estrictas para reducir las emisiones GEI procedentes del transporte marítimo presenta mayores desafíos para la competitividad sostenible del sector
El transporte marítimo como actividad indispensable para el desarrollo del comercio internacional, contribuye a la generación de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), principalmente debido a la utilización de combustibles fósiles para la generación de la energía requerida para su propulsión y sistemas de navegación.
De acuerdo al Cuarto Estudio de la OMI sobre emisiones GEI del transporte marítimo, se estima que el transporte marítimo en total emitió 1.056 millones de toneladas de CO2 en 2018, lo que representa alrededor del 2,89% del total de las emisiones de CO2 antropogénicas de ese año.
Frente a la necesidad de profundizar las medidas para reducir las emisiones de GEI procedentes del transporte marítimo internacional, el año 2025 presenta regulaciones ambientales más estrictas, con normativas clave como el IMO DCS, EU MRV, EU ETS y FuelEU Maritime que imponen nuevas exigencias a navieras y operadores de buques.
En un escenario global de alta complejidad e incertidumbre en el que debe desenvolverse el transporte marítimo internacional, la adecuada implementación y cumplimiento de estos requisitos no solo resultará crucial para optimizar la eficiencia operativa y reducir costos de los buques, sino también para evitar posibles demoras o sanciones. Estas medidas reflejan una evolución en la estrategia global para la descarbonización del transporte marítimo, impulsada por la Organización Marítima Internacional (OMI) y otras regiones como la Unión Europea, pero también plantean desafíos significativos para la sostenibilidad de la industria naviera.
La descarbonización se mantiene como una de las máximas prioridades para los propietarios y operadores de buques, y se enmarca en la estrategia de la OMI para reducir las emisiones procedentes de los buques, en consonancia con los objetivos del Acuerdo de Paris (2015) que busca limitar el calentamiento global y adaptarse a sus efectos. Si bien el sistema de recopilación de datos de consumo de combustible de los buques de la OMI (IMO DCS) representa un medio regulatorio eficaz a nivel global para evaluar y adoptar decisiones informadas para reducir las emisiones GEI procedentes de los buques, existen otras regulaciones regionales de la Unión Europea como el sistema de seguimiento, notificación y verificación marítimo (EU MRV), sistema de comercio de emisiones (EU ETS) y uso de combustibles renovables en el transporte marítimo (FuelEU Maritime), que suponen un territorio desconocido para muchos y
vienen a complejizar más el marco de cumplimiento. Para las flotas mercantes, el cumplimiento de estas regulaciones, especialmente las relativas a la Unión Europea, presentan desafíos considerables y deben adaptarse lo más rápido posible para evitar restricciones (incluyendo la inmovilización de los buques en los puertos) o sanciones comerciales por incumplimiento.