Golpe de escena en el comercio energético: Enap cerró un acuerdo récord para llevar crudo de Vaca Muerta a Chile hasta 2033

El mercado energético regional sumó un movimiento inesperado que reconfigura rutas, volúmenes y expectativas logísticas. La estatal chilena Enap anunció la firma del mayor contrato comercial de su historia: un paquete de acuerdos con YPF, Vista Energy, Shell Argentina y Equinor para asegurar, hasta 2033, un flujo diario superior a los 75.000 barriles de petróleo provenientes de Vaca Muerta. El monto proyectado ronda los USD 12.000 millones, una cifra que supera por sí sola el intercambio anual total entre Argentina y Chile.


05 de diciembre de 2025

El convenio, que entrará en vigencia en enero de 2026, utilizará como eje logístico al Oleoducto Trasandino (Otasa), el ducto de 400 kilómetros que conecta Puesto Hernández (Neuquén) con la refinería de Enap en Hualpén, en la Región del Biobío. El trazado había permanecido inactivo durante 17 años, pero desde su reactivación en mayo de 2023 se convirtió en un corredor clave para la integración energética entre ambos países.

Un acuerdo que reconfigura la ecuación del abastecimiento

Para la estatal chilena, el volumen comprometido representa alrededor del 35% de su demanda anual de crudo. Enap subraya que asegurar ese nivel de suministro por oleoducto (y no por vía marítima) implica estabilidad operativa, menores riesgos por congestión portuaria y menos exposición a interrupciones climáticas, factores que suelen afectar a las importaciones oceánicas del país trasandino.

Julio Friedmann, gerente general de Enap, definió el contrato como un punto de inflexión: “Contribuye a fortalecer la competitividad de la empresa y a mejorar la seguridad energética de Chile, garantizando el abastecimiento de combustibles para la industria, el transporte y la vida cotidiana”. El acuerdo, remarcó, está alineado con las proyecciones estratégicas de la compañía hacia 2040.


Una señal más del ascenso exportador de Vaca Muerta

Después de más de dos años de pruebas operativas y negociaciones, Enap terminó de validar tanto la regularidad del flujo como la calidad del petróleo neuquino. La estatal destacó el bajo contenido de azufre del crudo shale argentino, un atributo con impacto ambiental positivo frente a otras variedades importadas.

El contrato también abre una puerta nueva: el crudo que no procese Enap será exportado desde el Terminal Marítimo de San Vicente, en Talcahuano, proyectando a ese puerto chileno como un futuro hub para despachos de Vaca Muerta hacia el Pacífico. Así, Chile no solo se consolida como comprador, sino también como plataforma logística para el crudo argentino destinado a terceros mercados.

Un corredor energético que vuelve a tomar protagonismo

El Otasa, que permaneció paralizado casi dos décadas por falta de operaciones y daños en su infraestructura, recuperó funcionalidad en 2023 tras una inversión conjunta de las transportistas argentina y chilena. Hoy se convierte en el vector de un negocio que podría modificar la geografía de los flujos energéticos en el Cono Sur.

Para la Argentina, el anuncio implica continuidad y volumen asegurado para las productoras de Vaca Muerta, un hito que consolida la ampliación de su perfil exportador. Para Chile, significa previsibilidad en un mercado global marcado por la volatilidad y por la competencia por crudos livianos de mejor calidad.

Con su mayor operación comercial en marcha y un corredor binacional revitalizado, el acuerdo Enap–Vaca Muerta pasa a ocupar un rol central en la integración energética regional. Y promete ser solo el primero de una agenda que ya empieza a mirar, con lógica de largo plazo, al Pacífico como puerta estratégica para la energía argentina.