La historia del vapor de pasajeros ¨Washington¨


12 de enero de 2017  | Fuente: PNA

El “Washington” fue un emblemático buque de pasajeros fluvial de gran lujo, cuyo nombre original era “Viena”, construido en 1906 en el astillero A. & J. Inglis de Pointhouse, en el río Clyde, Escocia, para la “Sociedad de Navegación a Vapor Nicolas Mihanovich” creada en Argentina en 1898, y que en 1903 se transformó en una sociedad anónima dominadora de la Cuenca del Plata, que ya para 1930 tenía una flota de 320 buques de todo tipo.

El “Viena” tenía 2.376 toneladas de registro grueso y capacidad para 340 pasajeros “de cámara” y 120 en 2ª clase. Estaba propulsado por un juego de ruedas de paletas laterales articuladas, con lo que podía desarrollar una velocidad de 16,5 nudos. En el año 1915 se le cambió el nombre por “WASHINGTON”. Tenía máquinas de triple expansión y en sus corridas de prueba en el Clyde pasó cómodamente los 16 nudos de velocidad. 

El vapor “Washington” propulsado a ruedas de paletas, era muy cercano a los afectos de los habitantes del bajo Río Uruguay, porque desde su puesta en servicio en 1907 unió los puertos más importantes, que eran Concordia, Colón y Concepción del Uruguay, con Buenos Aires. El “Luna” que salía desde Gualeguaychú (22 kms. adentro por el río homónimo), también combinaba con él para realizar el transbordo de pasajeros en la boya del Km 90. 

Dejó de cubrir esta ruta en 1930, en que junto con el “Berna” fue asignado al trayecto por los ríos Paraná y Paraguay desde Buenos Aires a Asunción (junto con los buques a hélices “Ciudad de Corrientes” y “Ciudad de Asunción”, hasta su desafectación del servicio en 1965 con la llegada de las motonaves “Ciudad de Formosa”, “Ciudad de Paraná” y “Ciudad de La Plata”), recorrido de 1.300 Kms. en el cual los vapores a ruedas de paletas insumían seis días de ida y cuatro y medio al regreso, aguas abajo (con los buques más modernos el tiempo se redujo a cinco días a la ida y cuatro para volver).

El “Washington” volvió a su anterior carrera por el río Uruguay después del naufragio del “Ciudad de Buenos Aires” frente a Carmelo (R. O. del Uruguay), la noche del 27 de agosto de 1957 al colisionar con un buque de carga en su viaje a la ciudad de Colón, con numerosas víctimas. El viaje de 430 Kms. de ida duraba dos días y medio hasta Concordia, y dos días para el regreso, con la corriente a favor.

Nos referimos a un lujoso barco de pasajeros, que seguía el modelo de diseño de los astilleros de Inglis, con dos chimeneas adelante de las ruedas de paletas y dos pequeñas bodegas entre los salones de 1ra. Clase y la sala de máquinas de la cubierta inferior. La caja de las ruedas estaba adornada con detalles forjados de extrema belleza. El salón principal, en la cubierta de paseo, tenía las paredes cubiertas de maderas finas con paneles pintados a mano y cornisas en el techo finamente labradas. Tenía montada una instalación eléctrica completa, que reemplazaba hasta los candelabros del piano. Algo nuevo para la época fue un juego de botes salvavidas de aluminio, con equipamiento del mismo metal para bajarlos al agua.