Un año de la SIRA

El 17 de octubre de 2022 entraba en funcionamiento el Sistema de Importaciones de la República Argentina. Se suponía que venía a traer mayor previsibilidad y orden al comercio exterior, pero ¿cuáles son los resultados? Con la deuda a los importadores en valores récord y el comercio exterior contra las cuerdas corresponde hacer un balance adecuado.

Mg. Yanina S. Lojo  - Titular de Consultora Lojo Por Mg. Yanina S. Lojo - Titular de Consultora Lojo

18 de octubre de 2023

Hace un año atrás mediante la Resolución General Conjunta Nº5271 se creo el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), el Sistema de Importaciones de la República Argentina y pago de Servicios, Cuenta Corriente Única de Comercio Exterior y Comité de seguimiento y evaluación del SIRA.

Según figuraba en el mismo Boletín Oficial a su creación tenía por objetivo “obtener de manera anticipada información necesaria para generar previsibilidad y trazabilidad en las operaciones de importación”. En simultaneo se implementó la Comunicación A 7622, que sería el régimen cambiario aplicable para las operaciones alcanzadas por el SIRA.

Lamentablemente, para el importador la previsibilidad se quedo en el camino y hoy la situación es más que crítica. La deuda con el sector es récord y falta de insumos, materiales, certidumbre y sobra angustia.

Las SIRAS

Las SIRA – como se denominó a las declaraciones -, reemplazaron a las SIMI que estaban vigente y en la práctica no se modificó mucho la carga de datos, por lo menos en un principio. Porque si algo ha caracterizado a este último año, es la cantidad de cambios, marchas, contramarchas. Datos que se pedían consignar, pero luego se ha notado que no era viable. Entre las principales modificaciones el importador debía indicar la fecha estimada de arribo y el plazo de pago, porque el Comité de Evaluación lo tomaría en cuenta y definiría cuándo le brindaría acceso al mercado para pagar su obligación.

La mayoría de las operaciones vinculadas con las importaciones quedaron alcanzadas por este nuevo régimen. Y aunque en un principio su carga no difería mucho del sistema vigente hasta entonces, los procesos de oficialización y de aprobación cambiaba: al momento de intentar oficializar intervenía un perfil de riesgo del importador que establecía si podía o no avanzar con la operación. ¿Qué evalúa el sistema? Hace un análisis de la situación del contribuyente general; también el perfil de riesgo (evaluación del importador en relación con si ha tenido operaciones denunciadas por subfacturación, sobrefacturación o ha desvirtuado el régimen con prácticas abusivas en proceso de investigación por medidas administrativas o judiciales) y su Capacidad Económica Financiera.

Durante mucho tiempo, hubo empresas que no pudieron oficializar ninguna SIRA porque tenían cautelares pedidas para nacionalizar cargas que estaban viajando. Y por más que hicieron presentaciones en la justicia, no han prosperado.

¿Existen empresas a las que no les han aprobada nunca una SIRA? Si, hay numerosos casos de esos ¿Existen empresas a las que les han aprobado todo lo pedido? También. ¿Hay previsibilidad? No, por lo menos esa es la impresión general de los importadores.

La previsibilidad se quedo en el camino. Los importadores cargan los pedidos, no saben si se los van a aprobar, cuándo, y en qué condiciones y en el camino la realidad del país cambio: nuevas condiciones, nuevos impuestos, un tipo de cambio diferente.

La SIRA es un corsé que no permite muchos cambios, y eso trae problemas operativos, de pagos, incumplimientos con los proveedores. Y hoy la Capacidad Económica Financiera se ha vuelto un verdadero enemigo para las empresas.

La Capacidad Económica Financiera (CEF)

Esta no nació con la SIRA, pero su implementación en el proceso de validación trajo muchos problemas en los últimos meses. ¿De qué se trata? “Es un mecanismo sistémico que permite calcular el índice de Capacidad Económica Financiera (CEF) de los contribuyentes, el cual surge de sus declaraciones juradas y de otros datos correspondientes a la información suministrada por terceros.” Este valor siempre se expresa en pesos argentinos.

Dentro de los controles previos a lograr oficializar un pedido de SIRA o SIRASE el Sistema deberá no solo validar la situación general del contribuyente, su perfil de riesgo, sino que además corroborar que tenga CEF suficiente para llevar adelante la operación que está cargando en el sistema.

Por lo cual, una empresa puede encontrarse que al momento de querer oficializar su SIRA o SIRASE el sistema le envíe un mensaje de error indicándole que su CEF es insuficiente

Muchas firmas en los últimos meses se han encontrado con que el sistema les dice que tienen CEF insuficiente o valor equivalente a un $1.- Por lo tanto, hasta tanto ese valor no se modifique no se podrán oficializar ni pedidos de SIRA ni de SIRASE debido a que el sistema considerara que la empresa no posee Capacidad Económica Financiera suficiente para operar.

La consecuencia de esta medida, tanto la reducción como el asignarle valor de $1, es que se vea comprometida la capacidad para poder solicitar autorizaciones durante el mes. Esto pensando en la posibilidad de que la situación se subsanase en el próximo ejercicio mensual.

Para muchas firmas esto supone un inconveniente muy serio porque considerando las demoras que hay en la aprobación de las solicitudes, se les generarían baches significativos en la provisión de insumos, materiales o equipamientos. Como consecuencia podemos tener demoras en los procesos productivos, y caída de la oferta disponible.

Aquellas empresas que son importadoras puede que se vean en la difícil situación de tener que limitar sus ventas para que no se les produzcan roturas de stock en el futuro.

Originalmente, el escenario de CEF $1 se presentaba cuando había alguna cuestión impositiva – fiscal para revisar. Por ejemplo: faltaban presentar alguna DDJJ. Sin embargo, desde que comenzó el mes de agosto muchas empresas detectaron que su situación había cambiado y que se encontraban en este universo.

Oficialmente, se informó que el CEF $1 se les había colocado a empresas que no habían cumplido con la liquidación de divisas correspondientes a exportaciones. Sin embargo, muchas PyMES que nunca importaron, y que no registran inconvenientes, se encuentran en esta situación.

Hoy queda claro que este es uno de los grandes problemas que tienen las organizaciones juntos con la cuestión del pago.

Las SIRASE

La SIRASE reemplazó a las SIMPES, que a su vez nos hacen recordar a las DJAS. La realidad es que, a diferencia de las versiones anteriores, el sistema se ha vuelto una verdadera tortura porque las aprobaciones no llegan.

Al principio, se cargaban y si en el mismo mes no se aprobaban y se utilizaban para pagar, se vencían y debían volverse a generar. Después el problema de la eliminación.

Al no poderse modificar, si uno cometía un error en la carga debía volver a pedirla, pero no se podía anular la anterior. Y esto afectaba el CEF. Casi un año después de su implementación se comenzó a poder eliminarlas.

Si hacía abril se acumulaban servicios pendientes de pago, la decisión de incluir los fletes y gastos asociados llevo al comercio exterior a una situación de crisis. Son muchas las empresas que dejaron de cobrar los mismos de manera local, y las empresas tienen que tramitar la SIRASE para pagar en el exterior o cambiar el INCOTERM, pero eso tiene otro problema. Desde Economía han parametrizado que los gastos conexos no pueden superar el 15% del valor FOB. ¿Y qué pasa si lo superan? No pueden pagar, o tienen que pagar menos y quedar con una deuda con el proveedor.

Hay servicios a los que se les puso un “parking” una cantidad de tiempo que se debe esperar para poder cancelarlo al exterior. Pero se necesitaba contar con información en la SIRASE para que el proceso de pago pudiera llevarse adelante, y los cambio demoraban y no llegaban. Después de un año, y casi siete meses de su implementación, hay casos que todavía la fecha de aprobación no se visualiza.

La normativa cambiaria, una maraña de comunicaciones y el verdadero problema

Hasta octubre del año pasado teníamos el Texto Ordenado de Exterior y Cambios que servía de base de consulta para poder conocer la normativa cambiaria que aplicaba para el universo de comercio exterior. Obviamente iban saliendo comunicaciones posteriores, pero hacia mayo de cada año se compilaban.

El régimen cambiario para el Sistema de Importaciones de la República Argentina es una maraña de comunicaciones, que obliga a las empresas a estar buscando cuál es la que le corresponde. Sin tener certeza si omiten algo o si están tomando la última versión disponible.

Pero el mayor problema de lo establecido en el Comunicación A 7622 y sus modificatorias, es que eliminaron la posibilidad de pagar anticipadamente salvo muy raras excepciones.

Si bien se habilitó el pago con dólares propios, o con fondos de libre disponibilidad, todo debe solicitarse al momento de la SIRA lo cual condiciona a la empresa puesto que una vez aprobada la solicitud queda condicionada.

Las excepciones para poder pagar antes del plazo establecido en el MOA cada vez quedan más limitadas. Desde ese punto de vista, el sistema vigente para las SIMI con categorías daba más certidumbre y permitía – aún compleja -, llevar adelante las operaciones. Los bienes de capital se podían pagar según lo negociado con el proveedor, mientras que ahora se ha vuelto imposible. Por otro lado, los insumos médicos de lo cual se ha hablado mucho en el último tiempo no tenían estos problemas a la hora de gestionar el pago.

Las empresas dentro de un margen lógico en función del histórico de sus operaciones podían operar y pagar, y si superaban ese “cupo” en función de la NCM podían acceder al mercado en un plazo determinado y conocido. No como hoy, que muchas empresas ven modificadas las condiciones constantemente. El plazo de acceso inicial no sirve, salvo en los casos que se busque un financiamiento. Y el definitivo puede variar, inclusive puede desaparecer. En estos últimos casos, los reclamos parecen no ser oídos o tardan demasiado en resolverse y mientras tanto las relaciones comerciales se desgastan o se pierden.

¿Qué previsibilidad se maneja en un sistema así? Originalmente se había indicado que a las PYMES se les iba a dar un plazo de 60 días, pero hoy ya nada se respeta. La normativa está constantemente cambiando y, por ende, cambian las condiciones. Los proveedores ya no están dispuestos a seguir tolerando esta situación.

En el caso de los servicios, no sólo se generó un enorme problema cuando se estableció la SIRASE para lo que tiene que ver con fletes y gastos asociados, sino que las aprobaciones no sirven de mucho cuando no hay claridad para el pago.

La cantidad de veces que los bancos han tenido que readecuar sus sistemas por los cambios, los pedidos de nuevas declaraciones juradas, la imposición de nuevas disposiciones hace que se vuelva por momentos muy difícil operar. Hay jornadas que seconvierten en virtuales feriados cambiarios, aún sin que nadie los determine.

Las operaciones que quedaron excluidas del trámite de una SIRA se rigen bajo el Texto Ordenado de Exterior y Cambios, y toda la normativa anterior, lo cual genera que los importadores tengan que coexistir con dos sistemas diferentes. ¿Qué claridad y certeza se puede tener?

La Cuenta Corriente Común de Comercio Exterior (CCUCE)

Este validador se ha vuelto una traba “informal” más para las empresas. Cada vez que el sistema “falla” o se “cae” no se pueden validar las operaciones y por lo tanto no se pueden hacer giros al exterior. En otras palabras, el mercado queda expectante y los proveedores comienzan con los reclamos. En los últimos días, fueron más las veces que el sistema no funcionó, y por ende no se pudo operar.

Errores ilógicos como el 46 y 47 que en principio se presentaba cuando había transcurrido más de 30 días de la fecha de acceso al MULC y no se había cursado, hoy se presentan aún cuando no se da esa condición.

Los reclamos parecen caer en saco roto: la presentación de MUELA (Multinota Electrónica Aduanera) queda siempre esperando la aprobación de la Secretaría de Comercio y el problema no se resuelve.

El cepo más recargado que nunca

La previsibilidad se quedó en el camino, porque la mayoría de las empresas nunca saben si les van a aprobar las operaciones, cuándo las van a poder pagar, si las condiciones no van a cambiar en el mientras tanto. Por el contrario, cada día que pasa queda claro que hay una mayor arbitrariedad. Que el sistema se desvirtuó y fue utilizado muchas veces como moneda de cambio para lograr acuerdos de precios.

La realidad es que hoy lograr pagar un servicio se ha vuelto una epopeya, empresas proveedoras de software suspendieron el pago de manera local y trasladan el problema a sus clientes. Nadie tiene certidumbre sobre cómo continuar trabajando. Muchas empresas de logística están al borde del colapso.

Acumulan una deuda monumental con sus proveedores y ven en peligro su futuro.

A un año de la implementación del Sistema de Importación de la República Argentina queda claro que este sistema, implementado de esta manera, fracaso. Quizás de otra manera, realmente hubiera logrado su objetivo inicial.

Pero hoy podemos decir que solo logro más arbitrariedades, incertidumbres, dio lugar a la imposición de nuevas trabas, enloqueció a todos los operadores. Además, introdujo innumerables ineficiencias en el mercado: por falta de certidumbre los consumidores hoy no tienen certezas de si el precio que están pagando es el real. También hay problemas de abastecimiento en todas las cadenas productivas del país y puso en jaque la capacidad exportadora de la Argentina. Si, un país que necesita el ingreso de dólares genuinos hoy esta en riesgo por la administración de las importaciones.

Hoy la situación de muchos operadores del comercio exterior peligra. La falta de dólares también genera mucho ruido, porque no da claridad sobre el futuro. Todos leímos que la deuda con el sector privado por importación de bienes asciende a USD 43.000 millones y por servicios se estima en USD 10.000 millones. Pero lo que más preocupa es que nadie dice cómo lo va a solucionar.

“Se estima que la deuda por importaciones de bienes habría registrado un aumento de unos US$11.800 millones en los primeros 9 meses del año. Así, la relación entre el endeudamiento externo y el nivel de las importaciones subió 13,7 p.p., hasta alcanzar el 51,8%, indica el informe de Política Monetaria del BCRA.

La deuda comercial es la más grande de la historia, que en general rondaba los USD 20.000 por lo que estaría hoy en el doble. La deuda entonces está en máximos históricos tanto en términos absolutos y relativos.

¿Cómo se va a solucionar este problema? ¿Qué hará la próxima administración? O acaso, ¿piensan llevar al sector privado al default? Nadie dice cómo va a solucionar el problema. Quizás porque no se sabe. O quizás porque si lo dicen la situación sería aún más trágica. El futuro es incierto. Las perspectivas complicadas. El hilo cada vez esta más finito, pronto se cortará. ¿Qué quedará? Nadie sabe.