“Peor el argentino que nos entrega”

Mariano Moreno, secretario general del sindicato Patrones de Cabotaje, analiza la crisis de la Marina Mercante en plena avanzada desreguladora del Gobierno.

 


06 de julio de 2025

Mientras crece la tensión en los puertos y los barcos siguen amarrados, la crisis del sector pesquero se vuelve cada vez más profunda. La desregulación impulsada por el Gobierno Nacional encendió las alarmas en sindicatos, empresarios y autoridades provinciales. Para entender el trasfondo de este conflicto, Comex dialogó con Mariano Moreno, secretario general del sindicato Patrones de Cabotaje, quien no ahorró críticas: “Si malo es el gringo que nos desangra, peor el argentino que nos entrega”, lanzó.

A continuación, la entrevista completa:

 

¿Qué está pasando hoy con la flota pesquera y la congestión en zonas como la milla 201? ¿Falta flota o no hay decisión de tener una?

 

M.M: Argentina sí tiene flota. Contamos con más de 500 buques pesqueros. Muchas empresas tienen casas matrices en el exterior, pero están radicadas legalmente en el país y se rigen por la normativa argentina. También hay empresas nacionales. Todas pescan bajo la Ley Federal de Pesca.

El problema no está ahí. La pesca ilegal es la que hacen los buques que ingresan sin permiso a nuestro mar. También hay pesca no reglamentada en aguas internacionales, fuera de las 200 millas. Flotas extranjeras deambulan por el Pacífico y entran al Atlántico, operando cerca de la milla 201. Aunque estén fuera del límite, impactan nuestro recurso, porque muchas especies desarrollan parte de su ciclo de vida en esa zona.

 

¿Cuál es la solución entonces frente a esta situación?

 

M.M: La solución es política. Tenemos una Ley Federal de Pesca y un Consejo Federal Pesquero que hoy da lástima. Argentina ha logrado pescar con sustentabilidad el 100 % de lo posible sin poner en riesgo el recurso. Pero para mantener eso necesitamos más inspecciones, más control, y dotar al INIDEP de los recursos necesarios para hacer estudios científicos. Empresas, trabajadores y técnicos ya entendimos que hay que cuidar el caladero, que es uno de los mejores del mundo.

¿Entonces no se trata de aumentar la flota ni la producción?

 

M.M: Exactamente. No es un problema de cantidad de barcos. El punto es que no podemos aumentar la captura sin saber si el recurso lo permite. Si el recurso ha crecido, se puede pescar más. Pero si no hay estudios que lo avalen, hacerlo pone en riesgo la sostenibilidad.

 

¿Falta política de Estado entonces?

 

M.M: En el último año y medio, claramente. Y no solo falta política, sino que la que hay es peligrosa. Recordemos que la ex canciller Mondino dijo que la pesca era una actividad “para tontos” y que había que abrirla a flotas extranjeras.

La Ley Bases planteaba directamente derogar la Ley Federal de Pesca, y permitir que buques extranjeros, con tripulación extranjera, pesquen en aguas argentinas y descarguen en puertos no argentinos. Eso es entreguismo.

 

¿Y cómo juega Uruguay en este contexto?

 

M.M: Uruguay no es el problema. Hay tratados internacionales. Sí ha abierto su puerto a buques extranjeros, pero eso es su política. Nosotros debemos normar lo nuestro. Argentina tiene una base legal buena. Se puede mejorar, claro. Pero no se puede perder la sustentabilidad. Muchos países africanos y centroamericanos ya fueron devastados por estas flotas. No podemos repetir eso.

¿Qué hay detrás del paro de la flota congeladora?

 

M.M: Ese paro responde a una maniobra empresarial. Los buques ya deberían haber salido a pescar, pero las empresas no los largan hasta que los trabajadores no acepten una rebaja salarial. Apuntan al SOMU, pero el trasfondo es otro. En el Congreso Internacional de Pesca en Barcelona, algunos actores ya dijeron que podían esperar hasta julio porque el año pasado hubo pesca récord. Parece que las decisiones sobre política pesquera argentina se toman allá.

Y lo más grave es que el Poder Ejecutivo está ausente. Ni siquiera se presentaron los funcionarios de Pesca a la convocatoria de la Comisión de Industria de Diputados. No estuvieron. Parece que tienen otras prioridades más importantes que la crisis pesquera.

 

¿Sentís que el conflicto se discute de forma fragmentada?

 

M.M: Totalmente. Los trabajadores presionados por un lado, el Ejecutivo a media agua , y el empresariado, especulando, que dice que su unico problema son los costos laborales. No quiero personalizar, pero hay una especulación evidente. Hay crisis, sí, pero también hay quienes la aprovechan para ajustar salarios. Lo que buscan es precarizar al trabajador.

 

¿Creés que esta crisis está influida por el calendario electoral o va más allá?

 

M.M: Si hay especulación electoral, es irresponsable. Hoy la urgencia es otra: hay miles de familias sin ingresos desde hace meses. No hablo solo de los tripulantes, sino de toda la cadena: plantas, talleres navales, estibadores. Es un problema social muy grave. Las ciudades que viven del mar están al límite.

Por último, ¿cómo definís este momento para la Marina Mercante argentina?

 

M.M: Lo que vivimos es una entrega. Por eso digo: si malo es el gringo que nos desangra, peor es el argentino que nos entrega. El Estado está mirando para otro lado mientras se pone en jaque no solo a un sector estratégico, sino a comunidades enteras que viven del trabajo en el mar.

 

Comex continuará cubriendo la evolución de este conflicto que mantiene en vilo a una de las actividades productivas clave del país.