A 33 años de su creación, la FPT llama a repensar la formación de los choferes profesionales

Sergio Ruppel: “La capacitación de calidad es una pieza clave para mejorar la seguridad vial”

 


02 de noviembre de 2025

En el 33° aniversario de la Fundación Profesional para el Transporte (FPT), su presidente Sergio Ruppel, fue contundente: “Hace más de tres décadas que trabajamos por la capacitación del sector. Estamos convencidos de que es una de las herramientas clave para mejorar la seguridad vial, pero también de que debemos promover y defender una capacitación de calidad, con fiscalización de las autoridades pertinentes para evitar la competencia desleal y asegurar el nivel de excelencia que requiere el tema”.

Ruppel reconoció avances en la profesionalización del sector, pero al mismo tiempo advirtió que la falta de control estatal y una formación desigual, sumado al crítico estado de la infraestructura, siguen condicionando al transporte argentino.

“Hace 33 años, un grupo de visionarios pensó en la capacitación de los choferes cuando eso no existía. Hoy contamos con Formadores, herramientas y contenidos de gran calidad pero el gran desafío pasa por garantizar la transferencia de todo ese conocimiento de manera profesional y adecuada. Lamentablemente hay una enorme brecha entre las diferentes ofertas académicas y la falta de control sobre eso hace que en muchos casos, a pesar de contar con un certificado de capacitación oficial, la preparación sea deficiente”, advirtió Ruppel.

El dirigente señaló que apenas un 20% de los choferes profesionales accedió a una formación formal, mientras que la mayoría obtiene la licencia sin capacitación previa. “La manera en la que hoy se otorga una licencia nacional de conducir no garantiza la calidad que debería tener”, remarcó.

 

“Abrimos la competencia, pero sin control”

Ruppel valoró el esfuerzo de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) por sostener una capacitación obligatoria, pero cuestionó la reciente flexibilización de los requisitos.

“Se bajó la carga horaria de 20 a 5 horas y se amplió la cantidad de centros habilitados. No está mal abrir la competencia, pero la falta de fiscalización juega en contra de la calidad del servicio que se ofrece”, sostuvo.

Ante este panorama, la Fundación busca fortalecer su oferta académica con programas de capacitación voluntarios y de responsabilidad social, impulsando que las propias empresas exijan estándares más altos que los mínimos normativos.

 

Asimetrías y desafíos regionales

 

El presidente de FPT también apuntó a las asimetrías del Mercosur como un obstáculo persistente para la integración logística.

“Cuesta mucho coordinar una política común entre los países socios del bloque. Se acuerda algo en los ámbitos empresariales, pero los Estados siguen con legislación y exigencias diferentes para establecer pesos comunes, por ejemplo. La falta de coordinación se ve en cuestiones tan básicas y de sentido común como que los diferentes organismos que intervienen en la operatoria de un lado y otro de la frontera, lo hagan en un mismo horario”, describió.

Además, advirtió sobre la entrada de camiones antiguos desde Brasil y el deterioro del parque automotor nacional, lo que impacta tanto en la competitividad como en la seguridad vial.

 

Bitrenes, rutas y cultura vial

 

Respecto del avance del bitren, Ruppel se mostró en favor de la incorporación de ese tipo de equipo, pero señaló que es fundamental contar con las condiciones necesarias a nivel de infraestructura y contralor para que operen de modo seguro:

 

“El bitren es una herramienta segura y eficiente, pero requiere de una infraestructura adecuada para circular, y de una sociedad que entienda que el camión no es un estorbo, sino un indicador de crecimiento económico.”

 

También advirtió sobre la falta de mantenimiento vial y su impacto en los costos logísticos: “Estamos midiendo cómo repercute en el costo final de una operación circular por rutas en el estado actual. Sabemos que más allá de incrementar la inseguridad, provoca mayor consumo de combustible y desgaste de neumáticos, piezas y repuestos, sumado al tiempo que se pierde. Estamos en pleno desarrollo de un índice que relevará, en primer lugar, ese impacto en un corredor de la Argentina”, comentó.

 

Una mirada hacia adentro

 

A diez meses de haber asumido la presidencia de la institución, Ruppel propone mirar hacia el futuro sin perder la autocrítica.

 

“El desafío es cultural. No se trata solo de dictar cursos, sino de cambiar hábitos. La educación no termina en un aula: es un proceso continuo”, subrayó.

 

A 33 años de su fundación, la FPT se enfrenta a su mayor desafío: demostrar que la capacitación puede ser el motor del cambio estructural que el transporte argentino necesita.