Ángel Padilla en la Cumbre Mundial de la Bioeconomía: "Sin infraestructura, Argentina pierde valor en toda la cadena productiva"
En el marco del III Congreso Federal “Argentina agrega valor en origen”, desarrollado durante la Cumbre Mundial de la Bioeconomía organizada por Agroempresario.com en el Hotel Hilton, Puerto Madero, Buenos Aires, el experto en logística y comercio exterior Ángel Padilla ofreció una contundente exposición sobre los desafíos estructurales que enfrenta el país para potenciar su producción y comercio.
Padilla, director de sociedades navieras, terminales portuarias, agropecuarias e inversoras, y asesor en temas logísticos, trazó un diagnóstico crítico pero claro: “Hace 46 años que trabajo en el transporte fluvial y marítimo. Con la infraestructura que tenemos, estamos perdiendo valor en toda la cadena productiva. Y lo venimos perdiendo desde hace décadas”.
Durante su intervención, advirtió que la hidrovía, por sí sola, no alcanza. “El ferrocarril es aún más importante: conecta todo el país, desde las economías regionales hasta los centros de exportación. Venimos de tener 47.000 km de vías a mediados del siglo pasado, y hoy apenas conservamos una fracción”, lamentó. Además, cuestionó el modelo de concesiones iniciado en los años ’90, señalando que “benefició a los concesionarios más que al sistema logístico nacional”.
El peso de la hidrovía y los costos ocultos
Padilla subrayó los elevados costos del mantenimiento de la hidrovía Paraná-Paraguay, donde el dragado permanente cuesta entre 300 y 400 millones de dólares anuales, financiados mayormente a través de peajes que impactan directamente en el precio de los productos exportados. “Se dice que lo paga el buque, pero el costo lo absorbe la carga, y eso encarece toda la cadena, desde el maíz hasta un contenedor con bienes manufacturados”, explicó.
En este sentido, criticó las licencias fallidas de dragado y balizamiento de los últimos años. Según señaló, ambas licitaciones estuvieron plagadas de sobrecostos que “iban a ser peores que las retenciones”, y habrían comprometido a la carga durante 30 años en condiciones desfavorables.
Un país sin puertos de aguas profundas
El experto también alertó sobre la falta de puertos de aguas profundas en Argentina. “No alcanza con Bahía Blanca y Necochea para sostener la competitividad. Nuestros puertos tienen 10 o 10,5 metros de calado, cuando Brasil ya alcanza los 16 o 17 metros. Eso significa menos carga por buque y más costos para nosotros”, explicó.
Padilla también llamó la atención sobre el avance de puertos como Montevideo en el sistema regional, y cómo la dependencia del sistema feeder (buques pequeños que conectan con puertos de mayor calado) encarece el flete y alarga los tiempos de tránsito. “Según la CEPAL, el sobrecosto por contenedor es de 500 dólares. Si un millón de contenedores dependen del feeder, eso representa 500 millones de dólares al año en pérdidas”, afirmó.
Además del impacto económico, señaló que el mayor transit time afecta a las cargas perecederas, reduciendo sus posibilidades de comercialización en destino. “El Banco Mundial estima que depender de feeders puede hacer perder hasta el 40% de los mercados ya ganados”, agregó.
Ferrocarril, una política de Estado urgente
Padilla insistió en la necesidad de recuperar la red ferroviaria como una política de Estado, no sólo para reducir costos logísticos, sino también para disminuir la huella de carbono y mejorar la eficiencia productiva. “Necesitamos trenes que muevan 100 vagones, como en Estados Unidos o Canadá. Hoy, si llegamos a 40 o 50 es mucho”, dijo. “Hay que reparar las vías, reabrir estaciones y recuperar el almacenamiento local. No podemos seguir perdiendo por ineficiencias”.
Impacto ambiental y riesgos estructurales
Por otra parte, advirtió sobre la falta de estudios de impacto ambiental en las obras de dragado de la hidrovía. “Un juez federal de Rosario recibió un informe que confirma que hace 20 años no se presentan estos estudios. No podemos hacer más que mantener la vía actual hasta que eso se regularice”.
Además, alertó sobre la necesidad de revisar la estructura de muelles y obras antes de pensar en profundizar el canal a los 42 o 44 pies requeridos por los buques modernos. “Podríamos terminar dañando infraestructuras críticas, y eso nos haría perder aún más competitividad”, sostuvo.
Una advertencia con nombre y apellido
En un cierre firme, Padilla recordó que los problemas logísticos no afectan solo a las exportaciones, sino también al consumo interno y a toda la estructura productiva del país: “Esto es grave. No es una cuestión sectorial. Es agro, industria, minería, comercio exterior e interior”.
Con una frase que sintetizó el espíritu de su intervención, cerró:
“Como dijo Ortega y Gasset: argentinos, ¡a las cosas! Hay que ocuparse de esto para poder tener soluciones”.